La puerta medieval de tipo ojival que da acceso al templo, de líneas sencillas, fue desplazada piedra a piedra cuando se reconstruyó el templo tras la Guerra Civil al ser éste destruido por los milicianos en su retirada. En la reconstrucción del templo se aprovechó para ampliar las dimensiones de la iglesia perdiendo en parte su gracia como templo rural.
San Pedro es la iglesia que ha regido la vida espiritual de Mungia en los últimos mil años de historia. En él se encuentran enterrados los Señores de Butrón, patronos de la misma, siendo esta iglesia el baluarte espiritual en la Edad Media de esta familia, la más poderosa de Mungialdea.
El pórtico de estilo isabelino nos llama la atención por la bóveda celeste que se encuentra representada en su parte superior flanqueada a izquierda y derecha por el sol y la luna. Faltan en la fachada las imágenes de los santos a los que estaba destinada la advocación del templo, San Pedro San Pablo y la Virgen Maria. Esta portada no se modificó en la reconstrucción del templo de la posguerra, sólo se le suprimió el cobertizo que la protegía de las inclemencias del tiempo.
El campanario ha traído de bruces a la iglesia de Mungia dado que a lo largo de la historia se ha caído varias veces sobre el templo arruinándolo total o parcialmente. Los rayos por dos veces en el siglo XVIII y los milicianos republicanos en el 1937 con su retirada de Mungia a base de dinamita redujeron a escombros el campanario que se precipitó sobre la fábrica del templo. El nuevo campanario se encuentra en un nuevo emplazamiento, es más estilizado que el precedente y se configura como la construcción más alta de Mungia.