Fusionadas la Villa y la Anteiglesia en el año 1.900 se produjo un continuo deambular del centro de reuniones del Ayuntamiento. Se adoptó la decisión de dotarse de una casa Consistorial a la altura de sus necesidades.
El proyecto corrió a cargo de Antonio de Araluce y su diseño se inspira en otra de las corrientes en boga en la época: el neocantabrismo. El edificio incorpora a su vez, elementos tradicionales en los edificios consistoriales vascos: el amplio soportal abierto al exterior, que recorre todos los bajos del edificio, la utilización del ladrillo en la parte superior de la construcción, las ventanas ojivales de inspiración gótica en el segundo piso, o el mensulón partido y el gran escudo de la Anteiglesia de Mungia propios del estilo barroco.
A su vez, el edificio incorpora tres elementos de interés: el gran frontón municipal, un bloque destinado a viviendas (sociales) y el típico bar de propiedad municipal común en los pueblos vascos, Herriko taberna. En nuestro caso el uso residencial y el antiguo bar Joko-Toki ya han desaparecido.
El edificio que había sido inaugurado en 1927, fue pasto de las llamas en la Guerra Civil el 13 de junio de 1937. Alcen la vista y busquen algún resto de la Guerra Civil en la fachada.