Peral de flor
(Pyrus calleriana "Chanticleer")
El nombre común te señala el atractivo más destacado de este árbol, su floración. Si has tenido la suerte de contemplarlos hacia marzo o abril, verás sus copas blancas desde lejos y entenderás porque es una de las especies más apreciadas en arquitectura, paisajismo y jardinería. Además de la belleza que aporta cuando se encuentra cuajado de flores, le acompaña también el colorido que adquieren sus hojas en otoño, con colores rojizos y ocres, siendo además uno de los primeros en echar la hoja en primavera y de los últimos en perderla en otoño.
El peral de Callery, como también se conoce, hace honor a Joseph Marie Callery, misionero ítalo-francés y estudioso de la cultura china, que fue el primero en enviar ejemplares desde Asia, de donde es original, a Europa en el siglo XIX.
Estos ejemplares son de la variedad Chanticleer, que se utilizan en el ámbito urbano por su tamaño y forma, su resistencia al frío, al calor y a la contaminación.
Sus flores atraen a numerosos insectos que se encargarán de polinizarlas, y en otoño podrás observar unas pequeñas peras, pero que no se te ocurra hincarles el diente, ya que no son comestibles. Sin embargo, una vez ablandadas por el frío, son los pájaros los que dispersarán sus semillas.